
La Exposición Universal de Shanghai 2010, que ha sido la más grande, la más concurrida y la más visitada de la historia, con 5,28 kilómetros cuadrados, 239 países y organismos participantes y 73.084.400 visitantes, concluyó ayer con una despedida festiva al más puro estilo chino. La Expo llenó el Centro de la Cultura de la Expo, por el que pasaron miles de personas en cerca de una hora y media de ceremonia. "El éxito de la Expo ha reforzado la confianza y la determinación de China para continuar el proceso de apertura y reforma", afirmó el primer ministro, Wen Jiabao. La Expo de Shanghái ha superado, con creces, el récord de 64 millones de visitantes que tenía hasta ahora la de Osaka (Japón), en 1970. El Gobierno chino había anunciado meses antes de que comenzara la feria que recibiría al menos 70 millones de espectadores y se ha cerrado con 73 millones.
El Cesto, obra de la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue ha sido recorrido por una de cada 10 personas que han acudido a la Expo. Parte de su éxito radica en su diseño innovador, formado por una enorme estructura tubular cubierta de grandes escamas de mimbre y sus contenidos, obra de los directores de cine Bigas Luna, Basilio Martín Patino e Isabel Coixet bajo el lema De la ciudad de nuestros padres, a la de nuestros hijos. Además, la aportación escultural de Isabel Coixet, Miguelín, un bebé sentado, de 6,5 metros de alto, que parpadea, sonríe y parece respirar, supuso un punto central en la atención de los visitantes, hasta el punto de que el Gobierno español ha cedido el muñeco a Shanghái, que lo instalará en el futuro museo de la Expo. «Hemos tenido muchísima repercusión (en los medios del país), y eso ha marcado una diferencia, habrá un antes y un después para la imagen de España en China», aseguró la comisaria del pabellón, María Tena.
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